Le enseñé a mi esposa cómo abrir un frasco sin esfuerzo, ahora ella no me molesta con tales solicitudes.
Muchas amas de casa usan tapones de rosca para preservar el hogar. Estas fundas son muy fiables y simplifican enormemente el proceso de conservación, ya que no es necesario utilizar una máquina de coser.
Y todo estaría bien, pero estas tapas tienen un problema: son bastante difíciles de abrir. Es que durante la conservación se forma un vacío en el tarro, que posteriormente sujeta la tapa con gran fuerza.
Debido a esto, es bastante difícil abrir un frasco con las manos. No, por supuesto que puedes abrirlo, pero solo aquellos que tienen una fuerza notable pueden hacerlo.
Mi esposa piensa que tengo una fuerza tan heroica. Por eso, cada vez que es necesario abrir una lata, me pide que la ayude. En este momento, aparezco en sus ojos como el verdadero Hércules, que se las arregla fácilmente con el obstinado gorro (de hecho, no se necesita poder aquí, solo sé un pequeño secreto, quien deliberadamente no se lo reveló a su esposa).
Nunca se habría enterado de cómo lo hago, pero un día, cuando yo no estaba en casa, mi esposa decidió intentar abrir el frasco ella misma, como le aconsejó una vecina. Para hacer esto, fue necesario insertar un cuchillo debajo de la tapa y luego girarlo. En teoría, el aire debería entrar en el frasco y luego puedes desenroscar fácilmente la tapa con la mano.
¡Pero no estaba allí! Este método resultó bastante peligroso, el frasco estalló y entraron varios fragmentos (es una pena, porque era una mermelada de fresa muy sabrosa).
Para evitar que esto vuelva a suceder, decidió revelar su secreto y mostrarle a su esposa lo rápido y sin esfuerzo que puede abrir una lata.
¡Aquí todo es muy sencillo! No necesita tener brazos inflados fuertes para abrir la tapa de rosca, solo necesita tener dos brazos.
Entonces, cerramos una mano en un puño y se la mostramos a su esposa con una mirada amenazadora, para que entienda que no se puede abrir un frasco con un cuchillo (esto es, por supuesto, una broma).
Cogemos la lata con una mano, sujetándola por el fondo, y golpeamos ligeramente la tapa con el puño. ¡Eso es todo! De un golpe tan ligero, el aire se mete debajo de la tapa y se puede desenroscar sin ningún esfuerzo. Ahora lamento haberle mostrado a mi esposa este método, porque ya no me molesta con una solicitud para ayudarla a abrir un frasco.